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02/08/2021 a las 17:37Desde 2015, DACHSER y la organización de ayuda infantil terre des hommes se han comprometido a permitir que los niños San, también conocidos como ‘gente del bosque’, tengan una vida mejor y autodeterminada. Muchos niños no pudieron participar en las clases en línea debido al COVID-19. La educación es esencial para esto, y la joven de 24 años, Margret Hans, se esfuerza al máximo por ello.
(Kempten/Namibia) El confinamiento por COVID-19 en Namibia afectó duramente a la población. Las consecuencias son más graves para los niños en edad escolar de los San. Debido a la falta de acceso a Internet, gran parte de ellos no pudo participar en las clases en línea. Las interrupciones resultantes en su carrera escolar agravan las desigualdades ya existentes dentro del sistema educativo, así como en todos los demás aspectos de sus vidas.
Adultos jóvenes de las comunidades han asumido la responsabilidad de participar como voluntarios en un programa para ayudar a los estudiantes San con sus tareas escolares durante el confinamiento. El proyecto es financiado por DACHSER y la organización local asociada de terre des hommes. Una de ellas es la joven de 24 años, Margret Hans, quien ya fue apoyada por un proyecto similar y pudo completar con éxito una formación en el sector turístico gracias al apoyo de DACHSER y terre des hommes.
Imparable, incluso en tiempos difíciles
Ella misma perdió su trabajo como camarera en una lodge debido a la crisis del COVID-19 y la falta de turistas, pero eso no la detuvo de cambiar positivamente la vida de otras personas. Actualmente, dirige un equipo de 9 voluntarios que ayudan con las tareas escolares en la ciudad de Tsintsabis. «Dar clases particulares a un estudiante es una de las mejores experiencias de mi vida. Puede sonar como un cliché, pero honestamente creo que he aprendido casi más de esta experiencia que mis estudiantes. Simplemente se siente bien contribuir ahora también a la evolución positiva de estos jóvenes.»
Creciendo en condiciones difíciles
Los niños de los San suelen crecer en condiciones difíciles. El grupo poblacional más antiguo del sur de África vive en gran medida en la pobreza extrema en terrenos de enormes granjas o en asentamientos similares a barrios marginales en las afueras de pequeñas ciudades. El trabajo del proyecto en las tres comunidades de Outjo, Oshivelo y Tsintsabis en el norte de Namibia se centra en la educación temprana y el apoyo continuo para permitir que los niños asistan a escuelas primarias regulares. Además, se ofrecen capacitaciones prácticas, especialmente para niñas, para prepararlas para trabajos en hoteles y lodges, así como en oficios.
Foto: © Dachser






